CARTA NOTARIAL

 

Como siempre el benemérito Dr. Luis Cervantes Liñán, envía una carta notarial a el Diario El Comercio, por haber hecho público la sobrevalorada compra del terreno de la filial de Chincha. Para Luchito, todo ha sido transparente, porque en primer lugar la compra fue aprobada por Consejo Universitario; claro, ese mismo Consejo de Simios que reciben más de S/. 150,000.00 Nuevos Soles mensuales, superados solo por las ratillas Cervantes-Ganoza, y las ratas carnales Romero-Aquino.  Por eso, el hecho que la compra se haya aprobado por consejo, no quiere decir que sea legal y pensar que gasta ciento de miles de soles en abogados.

El muy honorable Dr. Luis Cervantes Liñán dice en su cartita notarial que todos los decanos viajaron a ver el terreno, ¿y?, qué gran argumento, dice que los decanos viajaron a Chincha para tirar lente al terreno, y cumplieron con los trámites legales de acuerdo a Ley, vale decir la Universidad pagó el impuesto de alcabala, o sea Luchito nos dice que la Universidad cumple con sus impuestos. Qué chévere, nuestro señor Rector es un ciudadano ejemplar, aporta generosamente al país y por eso tiene un busto. 

No nos pretendas tomarnos por idiotas, Cervantes, nosotros no lo somos, cómo si lo son tus decanos y por eso está donde están, pasando la vergüenza de sus vidas, para beneplácito de toda la comunidad garcilasina. Ese terreno fue comprado pagando cinco veces más su valor, tú jamás compras nada, ni un lapicero, computadoras, escritorios, papelería o levantas un nuevo piso, si es que no te dan de la tuya, generoso no eres Luchito, allí te has repartido la plata entre tú, Romero, el mono Oliva y su hermano por hacer el teatro de la compra venta.

Por eso te repetimos, el terreno costó S/. 165,000.00 Nuevos Soles, y te lo revendieron a $ 303,000.00 dólares, nos vas a decir que no sabías, que todo fue transparente, bueno si dices la verdad, entonces Alberto Oliva y su familia, te agarraron de cojudo y todos los decanos que aprobaron la compra son tus cómplices, que ahora lloran y se acogen a la confesión sincera.